Hace 18 años un niño de
12, recién liberado de la esclavitud por deudas en Paquistán, moría asesinado
por haberse atrevido a denunciar las causas de la misma en todo el mundo.
Se llamaba Iqbal “Mashi” (despectivo
apodo que le dan en su país los fundamentalistas musulmanes a los que se
convierten al cristianismo). Fue noticia hace un año cuando salió en los
telediarios. Pero este año no se ha hablado de él. ¿Por qué?
El 16 de abril fue el día
que lo mataron.


El 16 de abril en
Barcelona, y en 40 ciudades más de España y de Iberoamérica, dos instituciones
, el Movimiento cultural Cristiano y el partido de raíces católicas SAIn
pusimos en la plaza pública rostro a los niños esclavos, a quienes hay tanto
interés en silenciar.
Fue en la plaza Sant
Jaume, en medio de otras dos instituciones políticas, el Ayuntamiento de la
ciudad, y la sede del gobierno de la región, la Generalitat. Como David contra
Goliat, unos con menos “poder” que otros…


Nuestras calles, repletas
de tiendas; nuestra gente, turistas y autóctonos, ciegos ante escaparates que
exhiben la sangre, el sudor y las lágrimas de los niños esclavos (sobre todo
las del Imperio Inditex, pero no son las únicas).
Y nosotros, el Movimiento
Cultural Cristiano y el partido SAIn, cual voz profética en medio del desierto,
nuestros militantes descalzos y encadenados “como los niños esclavos”, nuestros
propios niños (había 5 en una concentración de 22 personas), en silencio,
intentábamos tomar conciencia del terrible crimen que estábamos denunciando.
La prensa, no vino.
Los políticos, no
salieron.
La gente de la calle,
pasaba de largo. (Algunos se paraban un rato)

¿Cuántos inocentes tienen
aún que nacer y morir hasta entonces?
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