lunes, 31 de marzo de 2008


El 2 de febrero de 1983, el entonces gobierno socialista de Felipe González aprobaba la despenalización del aborto en España, tras varios meses de agrias
polémicas y manifestaciones en la calle, a favor y en contra. En 1985, una sentencia del Tribunal Constitucional ratificaba la validez de la ley ante el recurso planteado por un grupo de diputados. Sin embargo, en estos días, justo veinticinco años después de su aprobación, el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado su intención de «garantizar el derecho al aborto», según expresó la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega el pasado 1 de febrero «mejorando la Ley si tras el amplio debate social que este tema debe suscitar llegamos a la conclusión de que así hay que hacerlo».
El 29 de octubre de 2006, la televisión pública de Dinamarca emitía un reportaje en el que demostraba que en una clínica de Barcelona se realizaban abortos de fetos de siete meses alegando «urgencia médica» y previo pago de una fuerte suma. Anteriormente, en octubre de 2004, unos periodistas ingleses habían publicado en el Sunday Telegraph un reportaje similar sobre la misma clínica. Tras admitirse a trámite una querella de la asociación cristiana E-Cristians, la fiscalía de Barcelona ordenó el registro de varias clínicas y en ellas se encontraron, entre otras cosas, una máquina trituradora de restos humanos y otras pruebas de realización de abortos ilegales.
Este y otros hechos de desprecio y aplastamiento a los más débiles evidencian que en España hoy no hay izquierda, no hay izquierda real en el Parlamento.
Señores Zapapolíticos, deberían enterarse de que “la constatación de los
sentidos de audición del feto, así como que desde su concepción posee un código genético diferenciado de su madre y de su padre, que será el mismo tras su nacimiento y a lo largo de toda su existencia” demuestran científicamente que estamos ante un ser humano único e irrepetible y por tanto con derechos, esos mismos derechos de los cuales ZP y comparsa dicen ser los garantes.
¡Entérense! La relevancia de la maternidad para el futuro de la sociedad no es de derechas ni de izquierdas, es una actitud de un orden moral superior. El aborto es un atentado en las mismas entrañas de la humanidad. Un infanticidio que ejemplifica la perversión moral de una cultura de muerte que va contra la vida desde su origen. El aborto además conlleva un suculento negocio. Barcelona ya se la conoce en el resto de Europa como la Meca del aborto. ¿Los
españoles como los alemanes callaremosante este genocidio silencioso?.<>

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