Entre antorchas y pancartas. Y en
silencio, sobretodo en silencio. El pasado sábado 20 de diciembre, tuvo lugar
la marcha silenciosa en Barcelona en
solidaridad con los empobrecidos de la tierra. A las 6 de la tarde, un grupo de
jóvenes y adultos comenzaban, un año más, su tradicional marcha por la justicia
Norte-Sur.
El Movimiento Cultural Cristiano (MCC), el partido SAIn y Camino
Juvenil Solidario, organizan, por 25 año consecutivo, este acto simbólico que
se celebra de manera simultánea en 35 ciudades españolas e iberoamericanas en los
días previos a la Navidad.
Con motivo de la proximidad de las fiestas, la
marcha es una jornada de denuncia
contra las causas políticas y económicas que originan injusticias como el hambre,
paro y la explotación y la esclavitud infantil.
Caras de sorpresa, indignación o empatía.
La megafonía era la única voz que se escuchaba. Y entre los manifestantes se
alzaban pancartas como “en la bolsa se especula con los alimentos, y esto
provoca muerte” o “el hambre es la consecuencia del robo a los empobrecidos”. La cadena humana avanzaba al ritmo que las
frases de denuncia salían de los altavoces. Bajo el lema, “el hambre es el primer
problema político del mundo” los manifestantes recorrieron unas de las
principales arterias comerciales de la ciudad, empezando en vía meridiana –
Fabra y Puig y acabando en el cruce de Pi y Molist con Paseo de Verdum.
Al llegar al final del recorrido y entre
un círculo de velas, se leyó un manifiesto donde se denunciaba la
responsabilidad de los gobiernos y partidos políticos y la falta de voluntad
política de acabar con el hambre en el mundo. También nuestra complicidad ante
el drama de 100.000 personas que mueren de hambre diariamente…. Nuestro consumo
también es causa de esta de esta injusticia.
El acto se dio por concluido con la
celebración de una Eucaristía por la Justicia en la iglesia de Santa
Eulalia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario